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¿Puedes imaginar un mundo donde todas las mujeres sean libres de tomar decisiones sobre su sexualidad y bienestar? Pareciese que aún falta bastante para llegar a que esa visión se haga realidad.
La violencia de género, la falta de inversión en servicios de salud de calidad que se traducen en servicios limitados, personal de salud que obstaculiza, insumos insuficientes y poca o errónea información, son solo algunas barreras con las que se enfrentan las mujeres para acceder a su derecho a la salud sexual y reproductiva. Hoy, en el Día de Acción por la Salud de las Mujeres, quisiera enfatizar cómo, además, esta se ve aún más amenazada por la crisis climática.
Pero ¿qué es la salud sexual y reproductiva? Al hablar de salud sexual y reproductiva para las mujeres, nos referimos, entre otras cosas, a que puedan, por ejemplo:
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Tener vidas sexuales seguras y satisfactorias.
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Decidir sobre su reproducción: decidir si desean ser madres o no, así como el número y espaciamiento de sus hijes.
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Decidir con quién relacionarse de manera sexoafectiva.
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Vivir y explorar su orientación e identidad sexual con libertad y seguridad.
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Acceder a servicios de salud relacionados a la sexualidad que sean accesibles y de calidad.
Para que el derecho a la salud de las mujeres sea garantizado, es vital que tengan acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, accesibles y asequibles. Estos servicios deben incluir anticoncepción, prevención y tratamiento de infecciones de transmisión sexual (ITS), atención prenatal, parto y puerperio, atención a la violencia sexual y asesoramiento psicosocial, atención para la fertilidad, prevención y tratamiento del cáncer cervicouterino, información correcta, entre otros. Por diversas razones, las mujeres y niñas aun enfrentan barreras para recibir estos servicios de manera integral. Y eso es aún más complejo, en el contexto de la emergencia climática que vivimos.
¿Cómo afecta la crisis climática al acceso a la salud de las mujeres?
Las desigualdades de género, la pobreza, la discriminación y la falta de políticas que garanticen el acceso a educación y servicios de salud son factores que limitan el goce de la salud sexual y reproductiva de las mujeres. Hoy en día, las consecuencias de la crisis climática se han vuelto un obstáculo más. Según datos de la ONU, el 80% de las personas desplazadas por el cambio climático son mujeres. El efecto diferenciado por el género no puede pasar desapercibido.
Te comparto algunos ejemplos:
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La destrucción de la infraestructura crítica, como clínicas de salud y vías de transporte, como consecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, puede impedir a las mujeres y niñas llegaren a los servicios de salud o hacer que no estén disponibles para ellas.
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En el trabajo de respuesta humanitaria, que se realiza en situaciones de emergencia, los servicios de salud sexual y reproductiva suelen contar con fondos insuficientes. Al no ser considerados servicios prioritarios, las mujeres se ven obligadas a atravesar sus embarazos, partos, puerperios y ciclos menstruales, en las peores condiciones.
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Además, investigaciones encontraron asociaciones significativas entre la contaminación del aire y la exposición al calor y el riesgo para los resultados del embarazo, incluido el parto prematuro, el bajo peso al nacer y la muerte fetal.
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Tras fenómenos climáticos extremos a consecuencia del cambio climático, hay una creciente falta de acceso a agua limpia y segura. Además de ser vital para la salud integral de las personas, la falta de agua presenta un reto profundo para la gestión menstrual, la administración de ciertos métodos anticonceptivos y la provisión de aborto seguro.
La crisis climática tiene diversos otros impactos nocivos en vida de las mujeres. Cuando las mujeres se desplazan, corren un mayor riesgo de sufrir violencia, incluida la sexual. Vivir en campamentos de emergencia o atravesar rutas migratorias, las expone a peligros como la trata de personas, los matrimonios y uniones tempranas y forzadas, y el trabajo en condiciones de explotación.
Tenemos como un terrible ejemplo la crisis que se desarrolla en estos momentos en Rio Grande do Sul, Brasil, en donde grandes inundaciones han forzado a más de 600,000 personas a desplazarse. Además, hasta el 15 de mayo se han contado 148 personas muertas, 130 desaparecidas y 2.1 millones de damnificados. Gestos, Socia Colaboradora de IPPF en Brasil, apunta con indignación y preocupación en este texto sobre los casos de violencia sexual hacia mujeres – incluidas menores de edad - en los centros de acogida.
Un llamado urgente a la acción
En este momento de la historia, todas y todes entendemos ya que las desigualdades y la marginación son factores clave que aumentan la vulnerabilidad a los impactos de la crisis climática. Por eso, abordar la desigualdad de género y otras formas de marginación es crucial en el contexto de la emergencia climática actual.
Una herramienta fundamental para hacerlo es encargar a los gobiernos que implementen el Marco de Sendai para el Riesgo de Desastres, que se articula con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y que explícitamente apunta el acceso a los servicios de salud reproductiva entre las medidas importantes para mejorar la resiliencia y empoderar a las personas desproporcionadamente afectadas por los desastres. Esta declaración, también firmada en 2015 por los Estados Miembro de las Naciones Unidas, se compromete “a promover el acceso universal a servicios de Salud Sexual y Reproductiva con miras a fomentar sociedades saludables”.
Así, en ese Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, recordamos que es urgente invertir en el fortalecimiento de la resiliencia y la capacidad de adaptación, tanto a los impactos lentos de la crisis climática como a sus efectos más inmediatos. Particularmente, necesitamos priorizar a las mujeres, jóvenes y niñas en toda su diversidad, pues son ellas quienes cargan con las mayores consecuencias de la crisis.
Desde IPPF, nos hemos comprometido y estamos haciendo avances significativos para:
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Fortalecer la evidencia que vincula los Derechos y la Salud Sexual y Reproductiva con la crisis climática;
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Apoyar a las comunidades a adaptarse a los impactos de la crisis;
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Reducir nuestra propia huella de carbono y los impactos de nuestras políticas internas.
Sin embargo, nuestros esfuerzos como Federación y como parte de alianzas de la sociedad civil no serán suficientes. Los gobiernos y personas tomadoras de decisión deben reconocer y apoyar el acceso a la salud y los derechos sexuales y reproductivos como fundamentales para la adaptación y la resiliencia al cambio climático. Es imperativo que coloquen a los derechos humanos, la justicia ambiental y la igualdad de género en el centro de los esfuerzos para abordar la crisis climática.
Debemos abordar hoy la responsabilidad de los países de reducir sus emisiones de gases y de abogar para que los países de ingresos bajos y medios tengan las condiciones financieras necesarias para responder y adaptarse a la crisis climática. Las mujeres y las niñas no pueden esperar más.
when
region
Las Américas y el Caribe
Subject
Climate Crisis, Sexual Health, Abortion Care